MEMORIA:

CONCEPTO

En nuestra primera visita, nos encontramos con una plaza con un pavimento muy deteriorado, con unas entradas al aparcamiento sumamente monolíticas y con una escultura en forma de pirámide, que respondía a una necesidad: la ventilación del aparcamiento subterráneo. El tiempo cambiaba de repente y convertía aquella plaza tan inmutable en un lugar inhóspito. No era un lugar para estar sino para pasar. La primera idea fue convertir la plaza San Juan en todo lo contrario: en un OASIS. Y vivirlo.
Teníamos claro desde el primer momento que íbamos a vestir el lugar de verde, de vida.

PAVIMENTO

Empezamos con la ordenación del pavimento. Queríamos un ritmo que ordenase el conjunto, y que sobrepasase el límite de los pórticos circundantes (anteriormente con otro pavimento diferente al resto de la plaza) para así ampliar su espacio visualmente. Decidimos crear un ritmo a base de líneas de acero insertadas en el suelo, cada 6 metros, un "pentagrama musical" que nos serviría de base a los diferentes juegos y posiciones de las "notas musicales".
La vivencia de la plaza, nos enseñó que el recorrido principal que hacía la gente era en diagonal y nos decidimos a mostrar éste aspecto en el pavimento. Utilizamos dos materiales para ello: el adoquín clásico como un guiño al pasado y unas losas de gran tamaño prefabricadas de hormigón. Los adoquines marcarían el recorrido en diagonal, el más usado por los peatones y también por el tráfico rodado en ocasiones. Las losas ocuparían el resto. Los límites entre ambas era difuso de manera que se producía una gradación entre unas y otras como si el movimiento de peatones y coches hubieran desperdigado unas entre otras. También algunas de las losas incorporaban una tira de iluminación LED que enfatizaba la diagonal y también delante de cada banco para potenciarlos de noche.

CAJAS DE LUZ

Como si fueran dos hogueras encendidas en medio del desierto cambiamos radicalmente las entradas al aparcamiento. Se substituyeron los bloques monolíticos y pesados por dos estructuras ligeras en forma de cubo, con cristales de color verde (vegetación) para que de noche fueran dos potentes cajas de luz. Su posición venía marcada por las guías metálicas del suelo: eran las primeras "notas musicales".

BANCO + VEGETACIÓN

Más notas: Diseñamos un banco lineal, elemental, un paralelepípedo rectangular con una singularidad. En su extremo un vaciado para poner plantar vegetación. El elemento básico para descansar en la plaza incorporaba su porción de verde. Su medida de 6 metros coincidía con las guías del suelo pero a diferencia de las cajas de luz, su posición es variable, nómada. Según el tipo de acontecimientos (desviación tráfico rodado, fiestas del ángel, ferias, conciertos, fiestas medievales o procesiones)con una simple grúa horquilla podrían variar su disposición según convenga. Las luces en el pavimento, marcarían siempre la posición original de los elementos.

EL AGUA + LA VEGETACIÓN

No hay oasis sin agua. La pirámide antigua de metal gastado por el tiempo se substituiría por la vida, por el movimiento continuo del agua. Se creaban 6 cubos perfectos de 6x6 metros. Tres de ellos incorporarían agua, la resta vegetación. Dos de los cubos de agua, se situaban entre las líneas de metal del suelo....pero el tercero no....Una "nota" discordante? Pues no...Su aparente "rebeldía" respondía a que era el único elemento de la plaza que estaba elevado. Por eso se podía permitir no seguir "los raíles" del pavimento. De esta manera se creaba un salto de agua de este elemento más elevado a los dos cubos restantes con agua y se resolvía también otro aspecto: el aparcamiento respiraba por debajo de él. Ocupa pues, la misma posición que ocupaba la pirámide. La resta de cubos, que sirven a la vez de bancos, incorporan vegetación frondosa, creando un lugar sumamente agradable en un lateral de la plaza.

Este proyecto se realizó en colaboración con David León.